Historia del Bridge

Los orígenes del Bridge pueden rastrearse a finales del siglo XVI, en Europa, cuando terminan de fijarse el tamaño y las figuras de la baraja. Se desarrollan entonces una gran variedad de juegos, que van evolucionando en complejidad y popularidad. El Quadrille en Francia, el Vint en Rusia y el Whist en Inglaterra, entre otros, son antecedentes remotos del actual Bridge. Sin embargo la primera referencia al juego tiene su fecha no a finales, sino a principios del siglo XVI, concretamente en 1.526. En un documento fechado en dicho año se menciona un juego conocido como Triumphus Hispanicus, que no es otra cosa que el popular arrastrao.

Una vez arribado el arrastrao a tierras sajonas, adquiere carta de naturaleza y va modificando sus reglas y su denominación hasta llegar al actual juego del Bridge.

Una de las menciones al juego más curiosas tiene lugar en la obra de Shakespeare “Antonio y Cleopatra” siendo citado el juego como trumph and ruff (triunfo y fallo). A mediados del siglo XVII el trumph and ruff empieza a ser practicado por las clases nobles y modifica su nombre, pasando a denominarse Whist. Con este nombre se divulga por todo el mundo. Por ello, si bien el origen remoto del Bridge es probablemente español, su divulgación y ordenación son típicamente inglesas. Así durante el siglo XVIII el Whist abandona las Islas Británicas y se dice que fue admitido en la corte de Luis XIV y jugado por Napoleón y sus dos esposas. Asimismo, cruza el charco de la mano de ilustres potentados de Boston y Filadelfia. En el siglo XIX empiezan a proliferar los clubes, tanto en Gran Bretaña como en otros países. Es en esta época cuando empiezan a conocerse y a denominarse determinadas jugadas o golpes cuyo nombre ha permanecido hasta nuestros días.

Se funda en Londres el Portland Whist Club, que ha permanecido hasta nuestros días como el paradigma del Bridge mundial. El anterior precedente del Bridge actual es el Dummy Whist, donde aparece la figura del muerto, probablemente de forma casual al faltar a la cita un jugador.

El nombre de Bridge, sin embargo, es debido al coronel Studd, quien habla de un juego muy parecido al whist que se practica en Constantinopla y que se denomina biritch. Aunque la famosa carta del coronel data de 1873, la primera mención expresa al Bridge como juego independiente y con esta denominación fue hecha en El Cairo en 1886. En consecuencia, el origen más o menos romántico sobre el nombre del juego, -se dijo que el juego era un puente a la amistad,- queda en entredicho.

No existe connotación clara a la hora de denominar el juego como puente. La palabra Bridge deriva de la anglicanización del termino biritch. En el fondo no es casual que en Inglaterra se practique el Bridge, en España la Brisca, en Rusia el Biritch, en Italia la Briscola o en Turquia el Brich. Probablemente todos tengan un tronco común y ha sido la imaginación de los jugadores de todo el mundo quienes han ido dotando de una mayor o menor complejidad a la combinación de los naipes.

En resumen: aunque el origen remoto del juego está en España, se reglamenta y difunde con el nombre de Whist en Gran Bretaña y se toma el nombre a partir de un juego muy parecido que se practica en Oriente Próximo. Sin embargo el Bridge actual, cuyo auténtico nombre es el Bridge de Contrato (Contract Bridge), debe su paternidad no a un inglés, sino al multimillonario norteamericano Harold S. Vanderbilt, a la sazón considerado el hombre más rico del planeta, quien en 1925, se dice que en el transcurso de un crucero frente a las costas panameñas, reglamentó el juego adaptándolo a las exigencias de unificación de criterios. Estas reglas fueron aceptadas por todos los países donde de una u otra forma se practicaba. Años después, también por iniciativa de Vanderbilt, se funda la Federación Mundial de Bridge y se celebra, de forma oficial, el primer Campeonato del Mundo.

En 1960 se celebra la primera Olimpiada de Bridge coincidiendo con las olimpiadas deportivas. De esta forma el Bridge pasa de entretenimiento social a juego de competición y empiezan a constituirse los diversos Organismos Internacionales y Ligas Nacionales que coordinan la actividad y organización de competiciones y campeonatos. De un juego social, se transformó en una práctica intelectual popular.